Feria de Simoca: Que despierta temprano
tanto en invierno en verano abre a los ojos asombrados de visitantes de todas
las latitudes, una de las expresiones más particulares y artísticas del
noroeste argentino, ya que como pocas conserva en sus entrañas antiguas y
significativas tradiciones.
Todos los Sábados del año, largas
caravanas de Sulkys, carros, tractores, camionetas, automóviles orientan su
destino a Simoca trasladando a gente de distintos lugares que vienen a comprar
y vender, encargar trabajos o simplemente a pasear.
Allí pueblan las risas y voces las cuales
son expresiones de los sueños de todos los feriales en un territorio bordeado
por el verde cañaveral.
Todo esto crea un clima regocijante y de
muy especial alegría que alcanza su mayor elocuencia al promediar el mediodía
en medio de tentadoras parrillas con chorizos, asados, tamales, locros, etc. Y
otras comidas típicas entre ellas el rosquete, la empanadillas y el pastel de
novio que identifican a este pueblo satisfaciendo los más exigentes paladares.
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